Hay muchas actividades que pueden causar dolor muscular, como el ejercicio intenso, caminar con tacones, una caída, dormir chueco, levantar algo muy pesado o hasta una gripe. Este tipo de malestar puede surgir después de que los músculos y tejidos se someten a mucha presión, comúnmente no se trata de algo grave y con algunos cuidados en casa se puede aliviar.
Estás son las causas más comunes del dolor muscular
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- Estrés. Cuando el cuerpo está bajo periodos de tensión y estrés, los músculos llegan a resentirlo, especialmente la parte de los hombros, el cuello y la cabeza, provocando rigidez y dolor. Una forma de combatir el estrés es haciendo ejercicios de relajación como yoga o meditación.
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- Saltarse el calentamiento. Comenzar de tajo las rutinas en el gimnasio hace que el cuerpo se sobrecargue, esto puede causar tirones y por lo tanto un gran dolor después. Es importante comenzar poco a poco, no hacer movimientos bruscos al inicio de las rutinas, cuidar el peso que se va a levantar e intercalar las partes del cuerpo que se van a ejercitar.
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- Lesiones. Después de una caída, un mal paso o un accidente, es normal que el cuerpo duela. Cuando se trata de algo leve, el dolor es localizado y puede curarse con hielo, compresión y medicamentos de venta libre para desinflamar.
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- Deshidratación. El agua es vital para que el cuerpo pueda llevar a cabo funciones básicas como respirar o digerir, cuando falta este líquido, todo se vuelve más complicado, lo que llega a provocar dolor en el cuerpo. Es importante tomar de 6 a 8 vasos todos los días, pero si hace mucho calor o haces ejercicio, tal vez necesites más, bebe cuando tengas sed.
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- Cansancio. Dormir mal o menos horas puede tener un impacto negativo en tu estado físico, ya que es la forma en la que todo el cuerpo recupera energía. Además del dolor muscular por fatiga, no dormir tiene repercusiones en el día a día, como hacer las cosas más lentas y sentirse mal.
En la mayoría de los casos el dolor desaparece después de algunos días con cuidados en casa, pero en otros llegan a durar meses. Si el dolor está relacionado a una lesión más grave y no mejora con la aplicación de hielo, compresión y medicamentos, es importante consultarlo con tu médico para llevar un tratamiento adecuado.
