¿Qué es la piel seca?

La piel seca es una condición que suele estar relacionada con una falta de aceites o agua o ambos en la epidermis, debido comúnmente a factores ambientales, hereditarios o por alguna enfermedad como la diabetes y que se caracteriza por presentar una sensación de tirantez, es áspera, frágil y puede sufrir descamación, picazón e irritación.

En estos casos de sequedad o sequedad extrema de la piel, las glándulas sebáceas secretan poca cantidad de lípidos (aceites), por lo que la capa de grasa y sudor que actúa como capa protectora frente a las agresiones del medio exterior y que reserva la humedad, se vuelve más delicada.

Es así que, como las células cutáneas no se hallan suficientemente unidas se forman pequeños huecos microscópicos entre sí, a través de los cuales la piel pierde agua, favoreciendo que se reseque.

Las causas comunes de este problema cutáneo son:

  • Predisposición genética (puede ser hereditaria).
  • Deshidratación.
  • Exposición a ambientes fríos, con mucho viento o secos y cálidos, con poca humedad.
  • Baños muy frecuentes, prolongados y con agua caliente.
  • Uso de jabones y/o productos higiénicos muy abrasivos.
  • Exposición solar, sobre todo, por periodos muy prolongados.
  • Edad. Con el tiempo las glándulas sebáceas ya no producen la misma cantidad de grasa.
  • Fumar afecta la circulación sanguínea, obstaculizando la adecuada oxigenación de la piel.
  • Mala nutrición.
  • Tener diabetes. La alteración en los niveles de glucosa en sangre también puede provocar que la piel se reseque y deshidrate.
  • Estrés.
  • No dormir bien.

Asimismo, algunas actividades laborales favorecen la piel seca, sobre todo aquellas en que se requiere pasar mucho tiempo a la intemperie en climas fríos o cálidos y bajo el sol, así como si se manipula o se está expuesto a detergentes o productos químicos.

Protege tu piel de la sequedad

Si tienes piel seca, los siguientes cuidados pueden ayudarte a protegerla de agrietamiento, irritación e incluso lesiones:

  • Mantén tu higiene al día.
  • Báñate con agua templada, pues el agua muy caliente reseca la piel y elimina los aceites naturales que la protegen.
  • Aplica una crema con hidratantes y humectantes.
  • Elige y aplica crema especialmente para piel de personas con diabetes, si es tu caso, y mantén bajo control tus niveles de glucosa en sangre.
  • Evita usar jabones, shampoos, detergentes o limpiadores muy fuertes.
  • Usa guantes de látex para las tareas de limpieza en tu hogar.
  • Procura no exponerte demasiado tiempo al sol.
  • Bebe abundantes líquidos, diariamente, para mantener una hidratación adecuada en todo tu organismo en general.
  • Usa ropa de fibras naturales que la mantengan fresca en climas cálidos y abrogada en climas fríos y secos

Para más información sobre el cuidado de la piel seca y/o con resequedad haz clic AQUÍ.

Si llegas a presentar alguna anomalía o complicación en tu piel, consulta al dermatólogo.

 

 

 

 

 

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